Afectación a las gargantas

Si bien el proyecto de depuradora promovido por SOMACYL permitirá solucionar el problema acuciante de la depuración de aguas en los pueblos del Barranco, lo que en principio supone una notable mejora respecto a la situación actual y la adecuación a la normativa europea, el proyecto aprobado incluye la construcción de colectores que recogerán las aguas usadas en el consumo humano en los cinco pueblos y la conducirán entubada, a lo largo de unos 13 km, hasta la estación depuradora, ubicada en el Prado La Torre, en el término municipal de Mombeltrán. Esto implica que en todo ese trayecto las gargantas serán privadas de un importante caudal. En periodos invernales esto no tendrá mucho impacto. Sin embargo, en periodos estivales se dará un aumento estacional de la población en todos los pueblos, y el consecuente aumento proporcional del consumo de agua. Este aumento en el consumo coincide con una reducción estacional del caudal de las gargantas, cuyo mínimo se suele dar entre los meses de agosto y septiembre. Es por ello que el caudal detraído para consumo humano y después entubado hasta la depuradora puede suponer una fracción importante del caudal de las gargantas en periodos estivales, provocando una reducción de caudal importante en todo el tramo entubado. Esta reducción de caudal puede tener importantes consecuencias en la flora y la fauna de ribera.

Hay que enfatizar que, en el documento ambiental que se presentó como parte del proceso de evaluación de impacto ambiental, ni siquiera se ha estudiado el impacto de estos colectores sobre los caudales de las gargantas, ello a pesar de que la legislación ambiental ( Ley 21/2013 de 9 de diciembre, de Evaluación Ambiental, la Ley de Prevención Ambiental de Castilla Y León, directiva 2014/52/UE) exigen estudiar el impacto sobre los recursos hídricos, y que la Ley de Aguas establece que han de respetarse los caudales ecológicos.

También hay que tener en cuenta el impacto paisajístico que tendrán los colectores, con unos 13 km de tubos y unos 350 pozos, sobre un entorno reconocido como paisaje pintoresco.

El impacto socio-económico de estos colectores es también muy importante. El proyecto afecta a unas 370 parcelas, la mayoría de titularidad privada, en las que se instalarán tuberías y pozos, lo que requerirá la expropiación de terrenos en pleno dominio y en la mayoría de los casos establecer servidumbres de acueducto.

Además de la afectación a fincas por las expropiaciones la reducción de caudal originada por los colectores del proyecto tendrá gran impacto sobre las actividades agrícolas que dependen del riego con agua de estas gargantas en los tramos en que estas se verán privadas de un importante caudal.